Desde hace algunos años, se ha afirmado que los gatos podrían sentir los campos electromagnéticos (CEM), según estudios actuales y algunos que se han hecho anteriormente
En las últimas dos décadas, Internet, las telecomunicaciones y las tecnologías inalámbricas se han convertido en una parte esencial de nuestras vidas. Todos estamos, incluidas nuestras mascotas y ecosistemas enteros, inmersos en un océano de ondas electromagnéticas generadas por las tecnologías que usamos todos los días, que no se parecen en nada a los campos magnéticos naturales que produce la tierra, que se caracterizan por influir positivamente en nuestro cuerpo y en todos como especies.
Se estima que los niveles actuales de radiación electromagnética son, al menos, entre 100 y 200 millones de veces mayores que hace apenas un siglo; y, como hemos mencionado en múltiples ocasiones, miles de estudios revelan que todos los sistemas de seres vivos se ven afectados a nivel celular por la exposición a este tipo de radiación (CEM), causando efectos biológicos negativos y acumulativos a largo plazo en la salud; causando también un gran impacto ambiental.
Según Animal Wellness Magazine, la homeostasis dentro de nuestros cuerpos, y la de nuestros perros y gatos, se ve afectada dramáticamente por estos niveles crecientes de EMR, con consecuencias negativas para la salud. Pero mucho más que los datos que conocemos sobre la salud, entonces ¿los gatos realmente podrían sentir o detectar los campos electromagnéticos? Según los estudios existentes, no pueden. Aún así, hay algunas teorías y estudios que afirman que existe una fuerte relación entre los campos electromagnéticos y algunas reacciones en el cuerpo de un gato.
¿Los gatos tienen magnetorrecepción?
Los gatos pueden y siempre podrán encontrar el camino a sus hogares sin importar cuán lejos se pierdan. Muchos tipos de animales también pueden hacer esto; algunos, como las aves marinas, navegan mediante el uso del sol o las estrellas. Sin embargo, otros navegan mediante el uso del campo magnético de la Tierra. Algunos tipos de animales, como las tortugas marinas, utilizan el campo magnético de la Tierra para encontrar su camino a través del vasto espacio del océano.
La magnetorrecepción o magnetocepción permite que algunas especies específicas puedan detectar los campos electromagnéticos presentes en la Tierra, para percibir la dirección, la ubicación o la altitud. Este tipo de comportamiento se ha observado en muchos tipos de organismos y animales migratorios, como aves y criaturas marinas. Sin embargo, estudiar este comportamiento es bastante difícil y, aún no hay ninguna buena evidencia que sugiera que los gatos puedan tener esta habilidad. Esto específicamente, debería ser un tema de estudio en un futuro próximo.
Los campos electromagnéticos y el cerebro de un gato: un estudio
Un estudio biológico experimental publicado en agosto de 1973, llamado «Efectos de los campos modulados de muy alta frecuencia en ritmos cerebrales específicos en gatos», arrojó algo de luz sobre lo que puede sucederles a los gatos no entrenados y condicionados que están expuestos a baja intensidad, muy alta frecuencia (VHF), campos eléctricos y amplitud modulada a frecuencias biológicas.
Para este estudio, se entrenó operantemente a una serie de gatos para producir ritmos cerebrales transitorios específicos después de presentaciones periódicas de un estímulo de destello de luz. La especificidad de la frecuencia de la modulación se probó en otro grupo de gatos no entrenados.
Los resultados indicaron que los campos VHF de bajo nivel, modulados en amplitud a frecuencias específicas, producen efectos marcados en ritmos cerebrales específicos condicionados. Estos resultados no se pueden atribuir al procedimiento de acondicionamiento, ya que los resultados comenzaron a divergir de los dos controles, solo después de la imposición de los campos. Las innumerables pruebas realizadas en cada sesión y el fuerte contraste en el EEG (electroencefalograma) entre las respuestas correctas e incorrectas, sugieren fuertemente una transducción biológica genuina en el sistema nervioso central.
La audición de un gato y la radiación de microondas
Otro estudio realizado dos años más tarde confirmó que, al igual que las microondas pulsadas de intensidad máxima alta y potencia media baja, inducen un fenómeno auditivo en el hombre; los estudios electrofisiológicos en gatos indican que las microondas pulsadas interactúan con los sistemas auditivos de los mamíferos, de forma similar a la percepción acústica convencional. Un posible mecanismo de interacción de microondas es la liberación de energía acústica de la rápida expansión térmica, debido a la absorción de energía en la estructura bruta de la cabeza.
“El fenómeno se manifiesta como un chasquido, un zumbido o un silbido según las características moduladoras de las microondas”, afirma un estudio similar.
Se necesitan más estudios para descifrar esta relación
Según los estudios existentes, los gatos no son capaces de percibir los campos electromagnéticos; o al menos no en la forma en que la gente cree. Su excelente orientación podría atribuirse al condicionamiento, así como su sentido del olfato y el sistema auditivo, que les permiten identificar claramente los olores y sonidos familiares característicos de su entorno.
Sin embargo, los estudios afirman que la audición de un gato puede verse afectada por la radiación de microondas, deteriorando su capacidad de oír con claridad, de forma similar a las personas que padecen tinnitus. Además, parece haber una clara influencia entre la exposición a los campos electromagnéticos y alguna reacción en el sistema nervioso central de los gatos. Estas reacciones también se encontraron en estudios con otros mamíferos y roedores.
Como conclusión, en primer lugar, debemos comprender los mecanismos involucrados en las reacciones biológicas en los gatos, así como en otras mascotas. Sin embargo, el punto común entre todas las especies cuando se exponen a los campos electromagnéticos, es la interrupción de la actividad celular en términos de potencial eléctrico y respuestas al estrés oxidativo.
Las ramificaciones de esas primeras reacciones comunes en cada especie varían dependiendo de múltiples factores, por eso es importante señalar que, se necesitan más estudios para determinar la relación completa entre las reacciones biológicas y los campos electromagnéticos, y no solo en gatos, sino en varias otras especies y ecosistemas. De igual manera, no está demás tener en casa un filtro electromagnético para que todos, incluidas nuestras mascotas, estén protegidas.